miércoles, 28 de abril de 2010

Menuda semana!!!!!...y estamos a miércoles...

Lunes, antes de almorzar, me entero de que me ha caido del "maná" un desembolso de 1700 Euracos.

Martes, después de cenar, el chico con el que llevaba un año (menos catorce días)y para el que, hasta hace dos días, yo era lo mejor que le había pasado en la vida; tras una larga reflexión de....2 minutos aproximadamente, me deja.

Miércoles, antes de comer, notición: mi contrato de trabajo termina dentro de 20 días.


¿Alguien da más?....pues eso!!!!....miedo le tengo al jueves antes de merendar!!!!!

martes, 20 de abril de 2010

reiniciando......

Es la rutina de mi vida: cuando veo que las cosas no van bien (léase: como yo quiero)hago un primer ataque de mejora. Si esto funciona me animo, continúo incluso con más pasión.....Si el primer intento falla....me desinflo, abandono. Muchos años de cuidadoso trabajo personal me han llevado a la conclusión de que no es buena táctica: pierdo aficiones, sensaciones, personas...oportunidades. Me pierdo! Poco a poco pierdo mi esencia, mi impulso inicial.

No tengo claro porqué. Si fuera un psicoanalista diría que es una forma de autocastigo. Si fuera un sacerdote diría que es una forma de exorcizar recuerdos y si fuera un guerrero diría que se trata de cobardía. Pero un buen barman (señores que me caen muy bien) metería todo en una cocktelera y daría con la fórmula exacta.

Son algunas las cosas que he estado tentada a abandonar en estos últimos días. Una especie de inmolación de trocitos de mi vida que, finalmente, he decidido indultar haciendo uso del aprendizaje de tantos años de autoestudio.
He optado por eliminar influencias externas y centrarme en mi epicentro, el mismo que de vez en cuando tiembla y provoca sacudidas nefastas. No voy a destruír nada, es más: buscaré trozos de antiguos desatres y los reciclaré. Construiré con ellos experiencias similares a las que en su tiempo me hicieron tanto bien.

Así que, tras ardua deliberación conmigo misma, continúo, me mantengo....busco mi epicentro y no hago más intentonas, lo dejo como está y cambio el ángulo, la óptica...Aplico la física a mi propia antimateria y me teletransporto a microespacios en busca de mi fuerza más interna, la que está guardada como uso de emergencia ante catástrofes intercelulares de mis órganos internos: huracanes en mis pulmones, riadas en mis arterias, lluvia ácida en mi estómago, terremotos en mis músculos.... En estos días he llegado a la conclusión de que me falla un poco el cerebelo así que voy a utilizar al máximo mi cerebro para contrarrestar...y el corazón, mi corazón que por suerte sigue meciendo toda mi vida.